El jurado retoma por cuarta jornada la deliberación del veredicto por la muerte de Asunta
Ricardo Pérez Lama y Rocío Beceiro González. Lama y Asociados.
La Voz de Galicia.
A primera hora de la tarde de hoy se cumplirá el cuarto día de deliberaciones. Los miembros del tribunal tienen reserva de hotel hasta mañana.
El jurado popular que debe decidir la culpabilidad o no de Rosario Porto y Alfonso Basterra en la muerte de su hija Asunta ha retomado este jueves por cuarta jornada las deliberaciones en Santiago para alcanzar un veredicto. Según señala el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), los nueve integrantes del jurado han retomado sobre las 9.30 horas de este jueves las deliberaciones tras concluir en la noche del miércoles la tercera jornada sin veredicto.
A primera hora de la tarde de hoy se cumplirá el cuarto día de deliberaciones. Un tiempo razonable para el magistrado y presidente Jorge Cid Carballo, que les ha pedido paciencia y «pasos firmes». Este magistrado les hizo entrega el pasado lunes a los miembros del tribunal del objeto de veredicto, un conjunto de 21 preguntas sobre la implicación de cada uno de los acusados -o de ambos- en los hechos, que deberán responder para llegar a un veredicto de culpabilidad o inocencia.
Durante el proceso, todos los jurados deberán expresar su parecer sobre cada uno de los puntos y votar si los consideran probados o no. Para cada una de las respuestas, deberán argumentar los motivos por los que se decantan por esa opción y explicitar las pruebas y testimonios que apoyan su decisión.
Proceso largo y caro
Sea cuando sea la resolución, inminente en cualquier caso, el juicio por el caso Asunta ya ha alcanzado la categoría de largo y caro. Largo, porque van ya 21 jornadas desde que se constituyó el jurado el 29 de septiembre. Dieciocho se dedicaron a las alegaciones previas, los interrogatorios de los dos acusados, las pruebas testificales, las periciales y las conclusiones, a las que se suman cuatro jornadas para la redacción del objeto del veredicto y la deliberación. La Consellería de Xustiza de la Xunta, que es la encargada de hacer la provisión de fondos para el juicio, ya trabajó con la hipótesis de que las reflexiones se alargasen en la que formalmente es la quinta semana con algún trámite del juicio. Y, de hecho, los nueve miembros del jurado tienen reservado hotel hasta mañana, aunque si fuera necesario ampliar su estancia no habría el menor problema.
El coste es estándar para un jurado popular, pero unas veinte veces más que un juicio con jurado profesional, que rondan los 1.500 euros. El del caso Asunta se va a ir con total seguridad por encima de los 30.000 euros, una cifra similar a lo que costó el del expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps (2012), que duró 26 jornadas. Las dietas, que se actualizan anualmente, son las mismas en toda España. Cada miembro del jurado cobra 70 euros por cada una de las jornadas en las que ha sido movilizado. En la deliberación están solo presentes los nueve titulares, pero durante toda la vista oral (18 jornadas) han asistido los dos suplentes, que tenían que escuchar todo lo que se decía y presentaba en la sala. Además, hay que pagar la remuneración y los gastos de los que asistieron a la jornada de selección (26) y que fueron recusados o no llegaron siquiera al proceso de selección al completarse los once necesarios. Unos 800 euros.
En total, y contando con los cinco días de esta semana, el gasto de las remuneraciones ascenderá a 21.800 euros, incluyendo el desplazamiento desde la vivienda de cada uno, que se paga a 0,19 euros el kilómetro. Además, pueden aportar los tiques de transporte público y los peajes de la autopista.
Cinco mil euros en el hotel
Durante la vista oral dos de las jornadas fueron de mañana y tarde, y algunos miembros del jurado, que proceden de cualquier punto de la provincia, se quedaron a dormir en Santiago porque a la mañana siguiente las sesiones empezaban a las nueve y media. Este lunes, los nueve elegidos llegaron a Fontiñas con sus maletas conscientes de que no iba a ser cosa de una noche. Van tres, y las pasan en un hotel de la capital escogido por la Consellería de Xustiza y que, a buen seguro, tendrá una tarifa especial para la Administración. La factura final por alojamiento calculada hasta mañana asciende a 4.800 euros.
Y después están las comidas, los momentos en los que este grupo de personas sin conexión previa han podido conocerse mejor. Las sesiones acabaron en torno a las tres de la tarde, por lo que los componentes del tribunal han comido casi todos los días juntos en un restaurante que, según trascendió por boca del magistrado Cid Carballo, cierra su cocina a las cuatro de la tarde. El dato quedó reflejado en una de las jornadas que se estiraron más allá de las tres, motivo por el cual se les preguntó si preferían seguir con el interrogatorio pendiente o dejarlo para la tarde: optaron por continuar.
Café sin salir de los juzgados
A diario también han tenido siempre a su disposición café y un tentempié, un pequeño cátering que les permite no tener que salir al exterior en un barrio compostelano que no destaca por su oferta hostelera. De hecho, la barra más concurrida ha sido la de El Olivo, un café de apertura relativamente reciente que está a unos doscientos metros de los juzgados y en el que coincidieron en el último mes abogados -Hospido, Aranguren y otros colegas solían compartir mesa-, testigos, peritos y periodistas. Los medios de comunicación, por cierto, también han generado un gasto sin calcular, ya que se ha habilitado una sala de prensa con material audiovisual y técnicos que acumulan tantas horas de trabajo como todos los protagonistas del juicio. Durante la deliberación el tribunal tiene a su disposición un vehículo que los lleva y los trae al hotel, aunque por su capacidad debe hacer dos viajes. El objetivo del juez es que no tengan ningún contacto «con terceros».
Sesiones de casi doce horas sin recurrir al magistrado-presidente
El jurado del caso Asunta suma desde lunes unas 27 horas de deliberación para responder a un cuestionario -el objeto del veredicto- con 21 preguntas, de las que no hay que contestar a todas, ya que algunas son excluyentes dependiendo de la respuesta. La tarde del lunes fue la menos productiva, porque la dedicaron a la primera formalidad del jurado, que es elegir a un portavoz que dirige las votaciones y que se comunica con el exterior con un oficial o con el secretario del juzgado en caso de necesitar ayuda. El portavoz puede ser distinto al que ejerció durante la vista oral y es el responsable de solicitar la presencia del magistrado-presidente del tribunal, que tiene la facultad de variar las preguntas o ampliar la instrucción previa convocatoria en audiencia pública de todas las partes. Esto no ha sucedido de momento, lo que significa que la formulación de las cuestiones no está ralentizando la deliberación, sino el propio debate y la redacción de las motivaciones, en las que hay que indicar expresamente en qué testigo, pruebas pericial o documentos se basan para decidir si un hecho se considera probado o no.
Las dos jornadas completas que acumula el jurado -martes y miércoles- han sido casi gemelas. Pasadas las nueve de la mañana se encerraron en una sala en la que están custodiados por la Guardia Civil, sin móviles personales y sin ordenadores conectados al exterior pero sí con contacto con los funcionarios, que pueden ayudarles a resolver cuestiones técnicas sobre la redacción del acta, que deben entregar al juez y que leerá el portavoz con el resultado del veredicto ante los acusados. Los dos días se han retirado pasadas las ocho de la tarde a descansar.