Álvaro Ballesteros. La Voz de Galicia.

El futuro de Porto y Basterra se dirime con un guion del juez con 21 preguntas

Ricardo Pérez Lama y Rocío Beceiro González. Lama y Asociados.

La Voz de Galicia.

El objeto del veredicto incluye en las cuestiones que los hechos fueron de «común acuerdo», pero también deja abierta la posibilidad de que exista una sola autoría.

La acusación del caso Asunta ha ganado a los puntos una de las batallas más importantes de un juicio con jurado popular: la redacción del objeto del veredicto, que ejecuta el juez pero que negocia con todas las partes, se asemeja bastante más al planteamiento propuesto por el fiscal y por los abogados de la acusación popular que al deseado por las defensas. De hecho, José Luis Gutiérrez Aranguren se declaró solo «moderadamente satisfecho» porque algunas de sus aportaciones no fueron incluidas finalmente en un documento debatido durante más de tres horas y que poco antes de las dos de la tarde llegó a manos del jurado en un sobre cerrado.

Ese texto, que contiene 21 preguntas, será su guía de trabajo y el debate deberá restringirse exclusivamente la cuestión, sin mayores divagaciones. Pero no contestarán a las 21. En realidad, buena parte de ellas son excluyentes o complementarias, esto es, si la conclusión del tribunal popular tiene un sentido es posible que no haya que responder los siguientes puntos. Así ocurre con la primera, según reveló el magistrado-presidente, Jorge Cid Carballo, ya que si se considera probado el hecho por el que se pregunta podrían saltar directamente a la pregunta número 4.

Las cuestiones principales vienen planteadas en letra negrita, y las complementarias se desarrollan debajo. En algunas de ellas, ese añadido tiene un sentido, y es que en casi todas se parte de un planteamiento de que el crimen se comete «de común acuerdo», «conjuntamente» o «ejecutando un plan acordado», con variaciones. Pero también cabe la posibilidad, si no hay acuerdo sobre este punto, que se atribuya (o no) el hecho a un solo autor. Esta variación la introdujo ya en sus conclusiones el fiscal Jorge Fernández de Aránguiz, quien considera en su texto que la asfixia en la casa de Teo la cometieron los dos «o al menos Rosario Porto». En otras, es a Alfonso Basterra al que tendrán oportunidad de responsabilizar (o no) de una acción concreta relacionada con el crimen.

Eso sí, de nada valen las opiniones subjetivas. Todo lo que deliberen deberá quedar perfectamente motivado y razonado, haciendo alusión a la prueba en la que se basan para la conclusión. Para ello, podrán acudir a la información que requieran que ha salido en el juicio, ya sean las declaraciones de testigos, peritos o las pruebas documentales. En este último punto no estaban de acuerdo los dos abogados de la defensa, pero una vez más hubo bronca del magistrado, y cómo no, para Belén Hospido. «¿Pretende que se fíe a la memoria del jurado lo que se ha dicho aquí durante cuatro semanas, cuando usted misma aludió en sus conclusiones a problemas para recordar cosas? Lo que plantea va contra el sentido común», espetó Jorge Cid en el enésimo roce dialéctico con la abogada de Basterra.

El resultado es que puede que los hechos probados se atribuyan a los dos conjuntamente, a uno de ellos, al otro o a ninguno. Y con esos mimbres deberán decidir la culpabilidad o no de los todavía acusados. Al margen de la redacción concreta, se sabe que tendrán que resolver cuestiones que tienen que ver con el agravante de parentesco o con la alevosía, pregunta que está relacionada con el hecho de que hayan sedado y atado a la víctima antes de la muerte. También se abordarán las sedaciones previas al crimen, lo ocurrido en las horas anteriores a la defunción de Asunta, el viaje a la casa de Teo, la ejecución de la asfixia o el traslado del cadáver a la pista de Feros, a cuatro kilómetros del chalé. Si finalmente son considerados culpables tendrá que dejar constancia además de su opinión sobre la posibilidad de concederles el indulto o, si se diesen los requisitos, de la suspensión de la pena.

Las normas del jurado

El presidente del tribunal empeñó cerca de 45 minutos en explicar a los jurados las reglas que regulan la portavocía, las del veredicto y las de votación, que vienen especificadas al final de cada una de las 21 preguntas, indicando si son favorables o no a los acusados. En el primer caso basta con una mayoría de cinco votos de los nueve. Si el hecho fundamentado va en contra de los intereses de Porto y Basterra, necesitarán siete votos. Está prohibida la abstención, so pena de una multa de más de 400 euros.

Cid Carballo insistió especialmente en el concepto de prueba indiciaria. «En este caso no hay ninguna prueba directa de la muerte», afirmó, por ello los indicios tendrán «toda la validez» si se parte de un hecho probado y se llega a una conclusión coherente y sin dudas razonables».

El padre de la profesora de violín pide amparo al ministro por unas declaraciones de Aranguren

Andrés Pámpano, el padre de María José, la profesora de violín en la academia Play que testificó el pasado día 7 sobre un episodio de intoxicación de Asunta en la que niña le dice que «mamá» le está dando «polvos blancos», se ha dirigido en una carta pública al ministro de Justicia, Rafael Catalá, pidiendo amparo por el trato recibido por el abogado de la defensa de Rosario Porto. En la carta pública denuncia que José Luis Gutiérrez Aranguren «se inventa un sentimiento hostil de la profesora, en la que vio ?un odio que era patente?». Se refiere en concreto a unas declaraciones que realiza el abogado coruñés a la salida del juzgado de Fontiñas, en sus ya habituales valoraciones ante los medios de comunicación. Entonces llegó a comentar que valoraba seriamente pedir deducción de testimonio de esta «o más» personas, cosa que finalmente no ha sucedido. Según Pámpano, Aranguren «ha vertido juicios de valor, atribuciones y descalificaciones a testigos, testigos a los que el ruido interesado puede afectar a su honor o imagen social». Entre las frases del letrado que recoge el padre se afirma que aquel dijo que «hay dos tipos de testigos, los que vienen ya preparados y ya condenaron desde el mismo día de la desaparición de la niña a los padres… y los que vienen a contar la verdad», por lo que le pregunta al ministro por los derechos de los testigos. A su entender, sus manifestaciones «rozan el esperpento, si no fuese por el daño que causan al honor de las personas».

«Que presente una querella»

Gutiérrez Aranguren aseguró ayer que desconocía el contenido exacto de esa misiva pública, pero mantiene lo dicho entonces. «Si quiere presentar una querella, que la presente. Cuando un testigo viene a declarar cuenta lo que vio, no lo que le parece o lo que piensa. Y cuando se viene a decir la verdad se hace con tranquilidad y no de forma airada. Estoy tranquilísimo, porque todo está grabado, y es más, el amparo lo solicito yo porque esta es una forma de presión en el momento en el que el jurado inicia la deliberación y se puede considerar como delito».

Durante la lectura de sus conclusiones, la abogada Belén Hospido también llegó a decir que la profesora de violín «parecía una testigo profesional».