Ricardo Pérez Lama «Es fácil decir que no se cree en la justicia, pero la realidad es que sin ella no podríamos vivir»
Ricardo Pérez Lama. lama y Asociados.
La Voz de Galicia.
Nació al otro lado del Atlántico, pero su hogar siempre estuvo en este rincón de Galicia, donde ha puesto en pie un bufete con vocación internacional
Si tuviera que buscar un lema para vivir -o para levantar una ciudad-, no lo dudaría ni un segundo. Elegiría algo así como «no hay reto imposible». O «juntos lo podemos conseguir». «Es que yo soy de los que piensa que siempre hay que ir más allá y buscar nuevos objetivos; abogo por el espíritu del sí y rechazo la autocompasión», apunta Ricardo Pérez Lama tras una camisa blanca impoluta y un elegante traje de chaqueta oscuro.
Para quien no le conozca, hay que decir que este abogado vocacional no habla de boquilla. Nacido en la República Dominicana pero criado en Ferrol desde muy pequeño, el comandante en jefe de Lama&Asociados -un bufete en permanente crecimiento y con más de 25 años de trayectoria- procede de una familia de emprendedores. Su padre, Julio Pérez, emigró de joven a América en busca de mejor fortuna, y de regreso a Galicia, se convirtió en uno de los empresarios más vigorosos de la urbe naval: aquí montó talleres de vehículos, negocios de construcción y los famosos almacenes Jarpa de la carretera de Castilla, en San Juan.
Tal vez por esos antecedentes, Ricardo está convencido de que si él es atrevido y «echado para adelante», se lo debe a su familia. En gran parte, a su padre, un hombre que triunfó en el mundo de los negocios. También a su tío, Mario Lama, director del gigantesco grupo Plaza Lama. Y, sobre todo, a su madre, la dominicana Alicia Lama, a la que el abogado perdió hace ya muchos años, pero a la que siempre tiene muy presente. «Dejó todo para venirse aquí y a lo largo de su vida siempre demostró una gran valentía. Para mí, siempre será mi modelo a seguir», dice, emocionado, mientras muestra el retrato de su madre que preside la mesa de su despacho. Siguiendo ese espíritu poco conformista, Ricardo cuenta que en su trabajo siempre ha querido «ir más allá». Por eso su firma, que comenzó con un único despacho en Ferrol, tiene hoy presencia en A Coruña y Madrid, así como en Shangai, Santo Domingo y Panamá. «Si abogados catalanes y andaluces tienen grandes despachos a nivel nacional, ¿por qué no vamos a poder hacer lo mismo los gallegos?», dice desafiante. La conversación deriva entonces hacia la justicia y a Ricardo se le iluminan los ojos. Cuenta que lo suyo con el Derecho fue pura «vocación», al tiempo que asegura que Galicia y Ferrol siempre han sido «cuna de grandes juristas», entre los que destaca a José Seoane.
«Es fácil decir que no se cree en la justicia, pero la realidad es que sin ella no podríamos vivir. Es un elemento básico para la convivencia», explica al preguntarle por la mala imagen que a veces proyecta la dama de la espada y la balanza. Y con la misma vehemencia que habla de su profesión, Ricardo -o Richard, como le llaman sus amigos- defiende Ferrol, una ciudad que «tienen muchísimo potencial» y que «puede llegar a donde se proponga, porque cuenta con grandes profesionales y con una tecnología puntera».
De su fisionomía le gusta el baluarte de San Juan (el rincón elegido para esta sección), los jardines de Herrera, y la parroquia de Covas, donde solía montar a caballo, una afición que ahora intenta impulsar como presidente de Gadesport. Y solo hay una cosa, advierte, que no le gusta: «No es nada físico, sino un rasgo de nuestro espíritu. Los ferrolanos a veces somos demasiado autocríticos y yo creo que ya es hora de dejar atrás tanto desánimo y lamento».
La Voz de Galicia. Autor: Beatriz Antón. Fecha de publicación: 13/3/2010