EuropaPress - Caso Asunta - Lama Asociados

Caso Asunta: La justificación al detalle del veredicto dilata las deliberaciones del jurado

Ricardo Pérez Lama y Rocío Beceiro González. Lama y Asociados.

La Voz de Galicia.

Se requieren al menos siete de los nueve votos para que los acusados sean declarados culpables, mientras que para ser absueltos solo se necesitan cinco.

Calma y rigor. Además de un buen puñado de normas de obligado cumplimiento con graves consecuencias en caso de saltárselas, estos fueron los consejos que les dio el magistrado-presidente a los nueve jurados que desde el lunes a primera hora de la tarde debaten la resolución del juicio por el crimen de Asunta Basterra. Según Jorge Cid Carballo, están en juego dos cosas: una es el interés de la sociedad en castigar el asesinato de una niña, y la otra la vida de dos personas, Alfonso Basterra y Rosario Porto, que se exponen a penas de hasta 18 o 20 años de prisión. Pero también se pone a prueba la solvencia de la sección compostelana de la Audiencia y la solidez de las sentencias que emanan de ella y que, a buen seguro, serán objeto de recurso si es contraria a los intereses de los acusados.

De ahí que existiera un interés especial del presidente porque se tomaran el tiempo que estimen oportuno. A las 48 horas, hoy al mediodía, Cid Carballo podría convocar al tribunal con objeto de reclamar el acta, «pero no pienso ejercer esa facultad para meter presión al jurado», aclaró. Dos días de deliberación son un plazo razonable para un juicio que se extienda una, dos o tres jornadas, como suele ser habitual, pero no para una prueba de casi cuatro semanas, con dos testimonios de los acusados de varias horas, decenas de testigos, peritos con versiones contradictorias, pruebas documentales y hasta declaraciones de la fase de instrucción que han sido incluidas en el acta y que tienen valor probatorio.

Todos tienen que participar en todos los extremos por los que se pregunta. No vale la abstención, y de hecho está penada con algo más de 400 euros, e incluso puede ser constitutivo de delito persistir en esa posición, además de que, llegados a ese punto, el voto cuente siempre favorable a los intereses de los acusados.

Ni memoria ni notas

Por estos motivos el veredicto requiere su tiempo, según expresaron los letrados implicados en el proceso. Sobre la temática de determinadas preguntas se registraron horas y horas de grabaciones de diferentes testigos y sobre las que después opinaron a nivel técnico varios peritos, que además aportaron pruebas documentales (el sumario ya constaba de más de cuatro mil folios). Tanto si se consideran probados o no los hechos, las respuestas tienen que estar suficientemente razonadas y motivadas, y aunque no se les va a exigir el rigor de un jurado profesional sí se recomienda exhaustividad. «No se fíen de su memoria ni de sus notas porque el juicio fue muy largo», les recomendó el presidente del tribunal, quien les conminó a visionar las grabaciones para después hacer la enumeración de elementos con una sucinta explicación.

A favor del acusado

Al final de cada una de las 21 preguntas sobre las que hay que establecer o no los hechos probados se incluyen las normas que rigen para ellas, si son favorables o contrarias a los acusados y cuál es la mayoría que se debe alcanzar para dar por cerrada esa cuestión. La ley del jurado determina que cuando sea del interés del acusado solo hagan falta cinco votos de nueve, y si es en contra, son siete. En caso de duda o de cualquier irregularidad en la elaboración del acta, la balanza cae siempre a favor del acusado. De momento, los jurados no han requerido la intervención del juez, que está a disposición del tribunal por si consideran que es necesario ampliar las instrucciones, pero el proceso es más complejo, ya que habría que convocar a todas las partes en audiencia pública, lo que requeriría su tiempo (tres de los letrados viven fuera de Santiago). El presidente del tribunal también puede autorizar que el secretario del juzgado o un oficial auxilie al portavoz del jurado, que es el responsable de la confección y la escritura del acta con las deliberaciones.