Caso Asunta - Ricardo Pérez Lama - Rocío Beceiro González

La acusación popular pide 20 años de cárcel para Rosario Porto y Alfonso Basterra por el asesinato de Asunta

Ricardo Pérez Lama y Rocío Beceiro González. Lama y Asociados.

La Voz de Galicia.

Clara Campoamor les acusa de haber ideado un plan para matar a su hija y de ejecutarlo conjuntamente.

Veinte años de prisión. Esa es la pena que la acusación popular del caso Asunta, que ejerce la asociación Clara Campoamor, ha solicitado para los padres de la niña asesinada, Rosario Porto y Alfonso Basterra, ambos ahora ya acusados de asesinato y en prisión preventiva desde el pasado 27 de septiembre del 2013.

Los abogado y delegado de Clara Campoamor en Galicia, Ricardo Pérez Lama, considera en su escrito de calificación que tanto el padre como la madre de Asunta idearon y ejecutaron conjuntamente el plan para asesinar a su hija. Estima el letrado que Porto y Basterra se repartieron los papeles a la hora de llevar a cabo el plan, que se inició con el acopio de un sedante, el Orfidal, para lo que aprovecharon que la madre lo tenía recetado debido a que padecía crisis de ansiedad y depresiones.

El presunto plan continuó con la «administración repetida» del Orfidal a la niña «al menos tres meses antes de su fallecimiento, mientras permanecía bajo custodia paterna». El consumo de este medicamento, cuya composición es lorazepam, afectó, según la acusación popular, «considerablemente» al estado de la pequeña «anulando su voluntad y sufriendo episodios de somnolencia y descoordinación, que fueron perfectamente percibidos por sus profesores y compañeros de la escuela de Altos Estudios Musicales de Santiago y en la escuela Play de Santiago», señala.

Clara Campoamor destaca que el día 18 de septiembre Asunta no fue a clase ni por la tarde a su clase de ballet porque, según explicó la madre, «le habían prescrito un fármaco que le ocasionó graves vómitos y mareos» y que el 5 de julio del 2013, sobre las 2.30 horas de la madrugada, se produjo el conocido y extraño incidente del hombre de los guantes de látex que entró en su domicilio aprovechando que se habían dejado las llaves puestas por fuera e intentó a matar a la niña, como ella misma explicó a través de wasaps a una amiga.

Para la acusación popular, Porto y Basterra decidieron continuar con su plan de asesinato y por ello, «en ejecución preconcebida del mismo, a mediodía del 21 de septiembre del 2013, almorzaron con ella en el domicilio de Alfonso», momento en el cual estiman que «los acusados administraron a la menor, como en otras ocasiones y subrepticiamente, lorazepam en cantidad de rago tóxico».

Según la versión de los hechos de la acusación popular, posteriormente, a las 17.20 horas de ese mismo día Asunta «salió del domicilio paterno para dirigirse a casa de Rosario para hacer los deberes. Sobre las 18 horas, Rosario Porto Ortega trasladó conduciendo su vehículo a la menor hasta la casa familiar sita en Montouto (Teo), a donde llegó a las 18.33 horas y desconectó la alarma. En ese lugar, y antes de las 20 horas del 21 de septiembre del 2013, aprovechando el estado de somnolencia y desvalimiento ocasionado por la ingesta de lorazepam, procedieron a asfixiar a la niña obturándole la boca y las fosas nasales, de tal forma que se produjo su muerte por sofocación», señalan la asociación en su escrito de acusación.

En su relato de los hechos, sostienen que posteriormente «trasladaron el cuerpo de la menor hasta las proximidades de una pista forestal del lugar de Cacheiras, donde fue hallada sobre la 1.30 horas de la madrugada del 22 de septiembre, con la misma ropa que había salido de casa de su padre, descalza y al lado del cadáver aparecieron unas cuerdas de color naranja con las que había sido atada de tobillos y brazos».

La asusación popular también destaca que cuando a las 4.45 horas se comunicó a los padres el fallecimiento de su hija todos se dirigieron a la casa de Montouto, donde «había una papelera en una de las habitaciones de la planta superior que contenía en su interior una mascarilla, un amasijo de papel con restos de fluidos orgánicos recientes y un trozo de la misma cuerda» naranja. Así mismo, destacan que en la despensa del inmueble se halló una bobina de la misma cuerda.

Cuando se produjo el registro de la vivienda de Teo, a Clara Campoamor le parece importante, y así lo manifiesta en su escrito de calificación, que «sin ser preguntado» Alfonso Basterra dio «una explicación relativa a que esa era una cuerda que utilizaban los jardineros» y que al ser preguntada Rosario Porto sobre dónde estaban los bañadortes que teóricamente había ido a buscar a la casa de Teo «ella duda y el acusado interviene ayudándole para indicar qué bañadores tenía que mostrar a los investigadores y el lugar en dónde se encontraban».

La acusación popular insiste además en su escrito de calificación en que se mantenga en prisión preventiva a Rosario Porto y a Alfonso Basterra hasta que se celebre el juicio.