El TSXG tendrá que abrir el trágico caso de Oliver Bouza diez años después.
El menor de Narón tenía una grave conducta violenta pero la Xunta «no se hizo cargo de la situación» ·· La madre lo mató y después se suicidó
El nuevo siglo se inició en Ferrolterra con un suceso marcado por la tristeza. María Casal, vecina de Narón, mataba a su hijo, pedía un taxi y cerraba el círculo tirándose al mar. La doble tragedia destapaba la impotencia de la mujer: su hijo Oliver Bouza padecía una lesión cerebral con graves brotes violentos. «Y la Xunta no quiso hacerse cargo de la tutela del menor, dejándonos desamparados», se lamentó el padre tras el drama. Diez años después, el Tribunal Supremo decide reiniciar el caso desde el principio. Y denuncia la «indefensión» de la familia antes de las muertes, debido a la escasa intervención autonómica. El Supremo anula la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia y certifica que la Xunta no asumió la tutela del menor «porque carecía de recursos idóneos para afrontar su patología». En un fallo previo, el TSXG daba la razón al Gobierno autonómico y culpaba de los hechos «al padre por falta de diligencia y a la madre por perturbación psíquica». La resolución del Supremo retira la losa de culpabilidad que pesaba sobre Manuel Bouza, padre de Oliver y único superviviente. «Se cumple una década de la muerte de mi mujer y mi hijo, por ellos ya no podremos hacer nada pero sí espero que estos casos no se repitan», aseguraba ayer.
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